Paladar

El paladar constituye la pared superior de la cavidad oral, se divide en dos partes principales: el paladar duro en la parte frontal y el paladar blando en la parte posterior. El paladar duro, formando los dos tercios anteriores del paladar, se caracteriza por su estructura ósea, compuesta por los procesos palatinos de los huesos maxilares y las láminas horizontales de los huesos palatinos. Esta estructura ósea crea una bóveda que es cóncava hacia abajo y está limitada lateralmente por los bordes alveolares.La mucosa que recubre esta estructura ósea es notablemente gruesa y firmemente adherida al plano perióstico, destacándose por su ausencia de submucosa.

A lo largo de su plano mediano, el paladar duro presenta un rafe palatino, de caracter fibroso que culmina anteriormente en la papila incisiva, correspondiente al canal incisivo. Esta zona se distingue por sus pliegues o rugosidades transversas en la parte anterior, mientras que los dos tercios posteriores se presentan lisos y uniformes. La mucosa, irregular en su composición, alberga glándulas palatinas a ambos lados del plano mediano.

La vascularización de la mucosa del paladar duro proviene principalmente de la arteria palatina descendente y, en menor medida, de la arteria esfenopalatina. El drenaje venoso se realiza a través del plexo pterigoideo o las venas de la mucosa nasal, comunicándose por medio del canal incisivo. Los vasos linfáticos, interconectados con los de las encías y el paladar blando, discurren entre la tonsila palatina y el arco palatofaríngeo, drenando finalmente en los nodos linfáticos profundos superiores. La inervación sensitiva y motora del paladar duro es suministrada por el nervio palatino mayor y el nervio nasopalatino, derivados del ganglio pterigopalatino, asociado al nervio maxilar, garantizando así la sensibilidad de la mucosa.

El paladar blando, extendiéndose desde el borde posterior del paladar duro, actúa como un velo fibromuscular cubierto de mucosa en sus caras anterior y posterior. Su configuración anatómica le permite ser un elemento móvil, esencial en la deglución y la fonación. La aponeurosis palatina constituye su armazón, a la cual se insertan múltiples músculos que confieren movilidad al velo del paladar, incluyendo los músculos elevador y tensor del velo del paladar, palatogloso, palatofaríngeo y el músculo de la úvula. Estos músculos están involucrados en funciones críticas como la elevación del velo del paladar durante la deglución, la dilatación de la tuba auditiva, y la modulación del istmo de las fauces para la masticación y la succión.

La inervación del paladar blando incluye componentes sensitivos y motores, con nervios provenientes tanto del nervio palatino mayor como del plexo faríngeo, lo que asegura la sensibilidad y la movilidad necesarias para sus funciones dinámicas.